Después de recuperarme del todo hice el petate y puse rumbo a
Ciudad Capítol, donde me esperaba mi primo un importante comerciante de
artículos…, por decirlo de alguna manera, poco saludables.
Después de recoger mis pertenencias y colgarme al cuello mi trofeo
de aquel espeluznante día. Baje las escaleras donde me esperaba mi capitán, con
mi sueldo y evidentemente un extra por proteger el barco.
-Buenos días capitán. Supongo que me trae lo que me corresponde,
¿no?
-¡Por supuesto rata de alcantarilla!, yo pago siempre que se hace
un buen trabajo. Aquí tienes.
-Ummm- Agarre el dinero, lo conté y me marché en
busca de armas y un billete de tren.
A pocos metros encontré una armería, tenia de todo, desde una
armadura medieval, hasta rifles. Sin dudarlo me compre un revolver, y un puñal.
No quería pasarlo mal si me quedaba sin munición, pague y me fui a la estación
del tren.
En cuanto llegue compre un billete a Ciudad Capítol, que justo
salía dentro de hora y media, a lo cual me senté a esperar en un banco cerca
del anden, bajé un poco mi sombrero y di una pequeña cabezada…
Justo hora y media después sonó un gran bocinazo, era el tren, ya
estaba aquí, me puse en pie hacia el borde, en cuanto llegó subí por las
escaleras y tome asiento.
Pude ver todo tipo de personas, unas de lo mas raras y otras de lo
mas común, gente con el pelo muy extraño y ropajes de lo mas extravagantes.
Note como el tren se ponía en marcha, en ese momento volví a bajar mi sombrero
y di otra pequeña cabezada… Hasta que PAM! Se escuchó un disparo y me
despertó. Miré rápidamente a mí alrededor, era un atraco, la gente gritaba
y los atracadores se ponían nervioso, eso pintaba mal, en ese momento prepare
el puñal en la mano derecha y el revolver en la mano izquierda, mientras, yo
seguía haciéndome el dormido, justo cuando pasó uno de los dos atracadores por
mi lado le apuñale en la mano para que tirase el arma, y al segundo con un rápido
movimiento dispare certeramente en su mano arrancándole de cuajo dos dedos y el
arma, ya cuando estaban los dos en el suelo los até a un asiento para que la
guardia de Ciudad Capítol los arrestase, a lo que uno me de ellos que
dijo -Pagaras por ello maldito bastardo-, y le di
una severa patada en la cara. Justo después me senté y proseguí mi
amarga siesta.
Ya por fin llegamos a Ciudad Windlandl, una de las provincias de Ciudad Capítol, el tren no
llegaba hasta ella por un derrumbamiento provocado por algo desconocido,
no quería investigar, no tenia tiempo ni fuerzas para ello -Una
buena acción al día es suficiente-
Pensé.
Sin tardar demasiado me fui a comer algo con la mitad de lo que me
quedaba, me dio para una jarra de hidromiel y cerbatajo frito, es como un
conejo de medio metro autóctono de Windlandl. Reposé un poco esos
manjares y me fui derecho a coger "un
transporte público", no
tarde demasiado en encontrar una moto
solar recién cargada, tuve cuidado de que no me pillara la
guardia y marche con ella hacia Ciudad Capítol...