viernes, 11 de mayo de 2012

Mata-bestias: Capítulo 1 Degollador.


Después de recuperarme del todo hice el petate y puse rumbo a Ciudad Capítol, donde me esperaba mi primo un importante comerciante de artículos…, por decirlo de alguna manera,  poco saludables.
Después de recoger mis pertenencias y colgarme al cuello mi trofeo de aquel espeluznante día. Baje las escaleras donde me esperaba mi capitán, con mi sueldo y evidentemente un extra por proteger el barco.
-Buenos días capitán. Supongo que me trae lo que me corresponde, ¿no?
-¡Por supuesto rata de alcantarilla!, yo pago siempre que se hace un buen trabajo. Aquí tienes.
-Ummm- Agarre el dinero, lo conté y me marché en busca de armas y un billete de tren.
A pocos metros encontré una armería, tenia de todo, desde una armadura medieval, hasta rifles. Sin dudarlo me compre un revolver, y un puñal. No quería pasarlo mal si me quedaba sin munición, pague y me fui a la estación del tren.

En cuanto llegue compre un billete a Ciudad Capítol, que justo salía dentro de hora y media, a lo cual me senté a esperar en un banco cerca del anden, bajé un poco mi sombrero y di una pequeña cabezada…
Justo hora y media después sonó un gran bocinazo, era el tren, ya estaba aquí, me puse en pie hacia el borde, en cuanto llegó subí por las escaleras y tome asiento.

Pude ver todo tipo de personas, unas de lo mas raras y otras de lo mas común, gente con el pelo muy extraño y ropajes de lo mas extravagantes. Note como el tren se ponía en marcha, en ese momento volví a bajar mi sombrero y di otra pequeña cabezada… Hasta que PAM! Se escuchó un disparo y me despertó. Miré rápidamente a mí alrededor, era un atraco, la gente gritaba y los atracadores se ponían nervioso, eso pintaba mal, en ese momento prepare el puñal en la mano derecha y el revolver en la mano izquierda, mientras, yo seguía haciéndome el dormido, justo cuando pasó uno de los dos atracadores por mi lado le apuñale en la mano para que tirase el arma, y al segundo con un rápido movimiento dispare certeramente en su mano arrancándole de cuajo dos dedos y el arma, ya cuando estaban los dos en el suelo los até a un asiento para que la guardia de Ciudad Capítol los arrestase, a lo que uno me de ellos que dijo -Pagaras por ello maldito bastardo-, y le di una severa patada en la cara. Justo después me senté y proseguí mi amarga siesta.

Ya por fin llegamos a Ciudad Windlandl, una de las provincias de Ciudad Capítol, el tren no llegaba hasta ella por un derrumbamiento provocado por algo desconocido,  no quería investigar, no tenia tiempo ni fuerzas para ello -Una buena acción al día es suficiente- Pensé. 

Sin tardar demasiado me fui a comer algo con la mitad de lo que me quedaba, me dio para una jarra de hidromiel y cerbatajo frito, es como un conejo de medio metro autóctono de Windlandl. Reposé un poco esos manjares y me fui derecho a coger "un transporte público", no tarde demasiado en encontrar una moto solar recién cargada, tuve cuidado de que no me pillara la guardia y marche con ella hacia Ciudad Capítol... 

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